Hoy te escribo esta carta porque sé que en algún momento vas a leerla para corroborar que lo que sentís es cierto. Sí, porque la duda puede aparecer, pero con esta carta lo sabrás.

No. No te voy a contar sobre todo eso que se cree es saber si se está enamorado. Porque cantar canciones todos los días es algo que uno debería hacer sin importar si amás a otra persona, porque deberías cantar para vos mismo, para la persona que te hace feliz ante todo: vos. Porque la felicidad y el amor, empieza con uno.

Enamorarse no es solo pensar en otra persona. Enamorarse no es solo pensar en la felicidad de tu pareja. No solo es querer protegerla o complacerla. No solo es querer ver un futuro con esta persona. Enamorarse no es estar ciego y tonto como muchos filósofos creen, porque si bien hay una etapa en la que uno solo ve lo que quiere ver, así es la vida: ves lo bueno y malo en lo que vos querás. Enamorarse es querer ver lo bueno en todo. Enamorarse es saber que querer ver lo bueno en todo lo aprendiste de tu pareja.

Enamorarse es reír. Reír tontamente sin un motivo. Enamorarse es burlarte de vos mismo y no estar resentido con eso. Enamorarse es poder recordar cosas que te dolieron y que ahora son lecciones. Enamorarse es contarle a tu pareja todas esas cosas que hoy te llevaron a ella, sin miedo, sin temor a ser juzgado porque son cosas que ya pasaron. Enamorarse es que tu pareja pueda hacer eso también con vos. Enamorarse es dar un beso y sentirlo como el primero.

Enamorarse es entender al tiempo. Es entender que si otras veces se creyó estarlo y fracasó, es porque era la lección para que vos fueras fuerte hoy en tu relación. Enamorarse es poder hacer a la paciencia una compañera y no un ente que te desespera. Enamorarse es no mentir a tu pareja, pero sobre todo, no mentirte a vos mismo. Enamorarse es contar días no para saber cuanto tiempo llevás con tu pareja, sino, para saber cuántos días has vivido. Enamorarse es ver el futuro brillante pero sin dejar de vivir el hoy. Enamorarse es algo de todos los días.

Enamorarse no es abrir los ojos y pensar en la otra persona. Enamorarse es abrir los ojos y agradecer a la vida por permitirte vivir un día más con tu pareja. Enamorarse no es olvidarse de vos, al contrario, enamorarse es cuidarte física, emocional y sentimentalmente, porque así también lo estarás haciendo para con ella. Enamorarse no es solo escribir cartas de amor, enamorarse es vivir esas cartas. Enamorarse no es solo estar sonriendo, es saber que vas a llorar. Que vas a llorar por felicidad y por tristeza. Que las lágrimas de felicidad van a ser compartidas y serán recuerdos importantes. Que para las de tristeza, tendrás a ese hombro ahí, esperándote con un abrazo.

Estar enamorado es entender que nunca cometiste errores. Que esos errores no fueron más que decisiones que te hicieron estar hoy acá, leyendo esto, escribiendo esto. Esas decisiones, aunque algunas dolieron o te lastimaron, hoy son momentos que ya sanaron y que te llevaron a la felicidad. Esas decisiones hoy te tienen al lado de alguien que amás.

Enamorarse es entender la diferencia entre querer y amar. Enamorarse es saber que podés vivir amando toda la vida, que es una decisión tuya. Enamorarse es darse cuenta que cada día no debés volver a hacerlo, porque amar es enamorarte cada día sin que haya una razón u obligación porque en el amor no se manda, se sueña y se vive.

Enamorarse es leer esto y darte cuenta que has asentido a todo. ¿Por qué? Porque estás enamorado. Enamorarse es saber que en algún momento tu pareja te dijo que se te iba a pasar y con la seguridad del mundo la viste a los ojos y le dijiste que no, que lo que sentías no iba a pasar y así ha sido. Enamorarse es verla a los ojos en ese momento y ver todo en su mirada: felicidad, miedo, amor…

Enamorarse es vivir.