En nada, pero a la vez en mucho. Pienso en dónde estoy y dónde estaré. Pienso en cómo llegué a sentarme acá y a dónde caminaré luego.

¿Qué hay después de hoy? ¿Qué hay mañana?¿Hay un mañana? Si no abro los ojos luego de dormir, no lo creo, pero luego pienso que para los demás sí lo habrá, y tal vez sea triste o tal vez sea feliz o simplemente sea un día normal.

Otro día más o tal vez un día menos.

Es interesante la paradoja dónde estamos, la paradoja que vivimos. El mundo girando alrededor del sol, pero la vida girando a mi alrededor.

Sigo acá, mirando pasar la vida, o la vida viéndome quedar, a un ritmo, a su ritmo, nunca a mi ritmo porque en este momento no me muevo. La tierra se mueve, mi sangre se mueve, sola, con mi respiración, con el ritmo que le doy a mi corazón. ¿Es el ritmo qué debe llevar? ¿Es el ritmo que necesito o que me enseñaron?

No sé nada, como la nada que estoy pensando, porque todo esto es nada. Mi nada, pero no es tu nada. La mañana de hoy fue buena, por eso me di este espacio. Un espacio mío, lleno de nada.

Pienso en nada. ¿Qué es nada? Todo lo que dije y a la vez, nada.