¿Quién no ha tenido una?

Sea como sea, todos queremos saber de donde vienen o cual es la razón de presentarse en nuestros descansos. Hoy trataré de dar una percepción a ellas, creo que la merecen ya que me han visitado muchas veces.

En la vida diaria, cuando estamos despiertos las personas recibimos muchos llamados que nos hacen sentir vivos. Los vemos de muchas formas, por ejemplo como alegrias, corazones rotos, casualidades y hasta causalidades… pero ¿y las pesadillas?

Recuerdo que de niño siempre añoraba con tener alguna, aún no se porqué esta obseción, pero ya unos años más viejo, aún me gusta tenerlas. Creo que las peliculas de horror las causaban muchas veces, pero otras veces creo que hasta conversaciones que no debía escuchar.

Hace poco tuve una que me hizo despertar como nunca. No fue como el inicio de una película de Freddy donde un chico daba un grito aterrador (confieso que aún no me ha pasado algo así), pero si el sudor se hizo presente y cierto temor. Gracias a ella, es que viene mi hipótesis.

Por esta abstracción de mi mente, fue que tuve una acción casi que inmediata, y digo casi, por que me desperté de madrugada, pero llegada la mañana, hice una llamada y luego una visita para verificar que todo andaba como deseaba y no como ese sueño.

Creo que la mente de los humanos siempre trabaja en beneficio de, pero ha sido esa falta de querer no seguir nuestros instintos lo que hace que caigamos en el mismo hoyo una y otra vez.

Las pesadillas, para esta cabeza, no es mas que una forma en nuestra mente nos dice que debemos vivir, y no solo respirar.