El poder de un abrazo

Este es un interlude que debo hacer. Debo porque antes no lo había pensado.

Las personas olvidamos lo esencial. Olvidamos como poder conectarnos con otras, como entablar más que una conversación, una relación.

¿Cómo inicia una relación? Es sencillo. Una mirada abre puertas, sí esas puertas al alma de otro. Tomar la mano abre la puerta a la confianza. Mas un abrazo, te abre la puerta a un corazón.

Es difícil darlos. Cuando no los esperás, cuando ya olvidaste como hacerlo. Recuerdo uno, me sorprendió… me inmovilizó… el tiempo se congeló mientras yo no podía accionar mis brazos, pero mientras los que me rodeaban me sentían frío e inmóvil, yo los sentía cálidos. También sintieron como el fría se esfumaba.

Estuve inmóvil porque no había sentido tanta energía, porque no había sentido otro latir de un corazón que no fuera el mío. Ese otro corazón se sintió vivo, se siente vivo. Está vivo.

Conforme pasaron los segundos una paz me invadió. Aunque no pude responder el abrazo con la misma agilidad con el que me fue dado, lo respondí a mi modo.

Con el pasar de los días y la práctica que me fue dada a sentir ese otro corazón, mis abrazos ya eran ágiles y sobre todo llenos de mi, de lo que aquel primer abrazo me hizo sentir.

Un abrazo es conectar dos corazones para que sea uno solo. ¿No creés?

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