Cap. 7 Timoteo, el dinosaurio azul que nació con una sonrisa.
Babosín andaba por su camino cuando, sin tenerlo previsto, llegó a un acontecimiento como ninguno: el nacimiento de Timoteo, un dinosaurio. En su vida había escuchado al respecto, pero nunca presenciado uno.
Con timidez pero a paso seguro, se acercó a lo que hoy podríamos llamar el nacimiento de un ser de amor.
Si no es normal el nacimiento de un dinosaurio, mucho menos en un 14 de febrero y mucho menos, uno azul… y por si fuera poco, que traiga una sonrisa que no se le quite del rostro.
¿Cuándo nace un dinosaurio? – Alguien preguntó.
Babosín dijo:
«Un dinosaurio nace cuando dos personas se aman. ¿Dinosaurio? Sí, porque es hijo de esos amores que se han extinto. Ellos nacen para recordarnos que aún eso que creemos que ya no existe, puede existir, y más si lo deseamos con el corazón.
Hay de muchos colores, pero cuando nace azul es porque es aún más raro. Así que el amor con el que nació es azul porque nadie se explica como apareció, de donde viene, de donde nació. Cuando vivimos un amor así, olvidamos esas preguntas, no son relevantes, solo lo vivimos y disfrutamos, así como él disfruta el color de su piel y vida.
Nació con una sonrisa porque fue ahí donde se concibió. De risas de un par de personas que nacieron para enamorarse, ser felices y hacer feliz al otro.»
Este es Timoteo, el dinosaurio azul que nació con una sonrisa. Nació del amor. Nació para no extinguirse… así como el verdadero amor.